CREACIÓN DE LA INSIGNIA
La insignia de nuestra I.E. N° 093
“Efraín Arcaya Zevallos” de la provincia de Zarumilla, fue creada mediante un
concurso durante el cargo directivo del Profesor Holger Izquierdo Puell en el
año 1992. Siendo ganador el Profesor Ernesto Flores Pizarro.
Los campos representativos dentro del
Escudo son los siguientes:
En el centro parte interna y superior
aparece el SOL RADIANTE demostrando
vigor y fortaleza que la naturaleza misma nos brinda como prodigio para poder
superar cada día, principalmente en nuestros estudios metas iniciales para
alcanzar un desarrollo cultural mejor.
SU
ANTORCHA: símbolo de la luz divina que representa nuevos horizontes siendo guía
con diáfana luz orientadora de buenos caminos y ejemplo de sacrificio digno de
alcanzarlo reflejándose en su llama esplendorosa el nombre de un digno maestro
que dejó a través de sus sabias enseñanzas ese ejemplo de valor y sacrificio
apostólico. Insigne maestro en toda su extensión de la palabra como lo fue
nuestro fundador Efraín Arcaya Zevallos desde el año de 1923.
EL
LIBRO ABIERTO: Con el estilo de una pluma tradicional que significa que todo
un buen arcayno deberá dejar como recuerdo su sacrificio de haber sido un buen
estudiante; ordenado, obediente y disciplinado, ejemplo de futuras
generaciones, baluartes y también ejemplo perseverante a sus valores, éticos de
estudiante arcayno.
LAS RAMAS DE
LAUREL:
Reflejan las glorias alcanzadas, glorias que pasaron y dejaron su historia como
escencia de su disciplina, prevaleciendo el respeto y su consideración hacia
los mayores, manteniendo sus bellos colores, puesto que ningún arcayno
permitirá verlos marchitos, manteniendo siempre y para siempre como oración
bendita su alegre verdor, como queriendo demostrar al mundo entero que somos
estudiosos obedientes y disciplinados como esa verde esperanza de mi colegio
que es un amor.
LA CINTA
PERUANA: Que
bordea su altitud, pedestal de Educación, Honor y Disciplina que todo arcayno
debe de cultivar para ver a nuestro Colegio brillar al igual que ha su propio
sol naciente manteniendo en nuestra sangre ese orgullo de fuerza.
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